La Iglesia Católica reconoce el canto como un tesoro de valor inestimable, por lo que la música será más santa cuanto más esté íntimamente unida a la acción litúrgica. Por esta razón, los cantos que se escojan para la Eucaristía deben ser lo más apegados a la liturgia.
Los textos destinados al canto deben estar de acuerdo a la doctrina católica y más aún, deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas.
- El canto debe usarse cumpliendo lo dispuesto en cuanto a la misa y en cuanto a los sacramentos.
- El canto litúrgico sirve para expresar todo tipo de oración, de alabanza, perdón, petición, reconciliación, sanación, liberación.
- Nadie puede cambiar la liturgia, añadirle o quitarle cosa alguna por iniciativa propia, aunque sea sacerdote.